No se pretende aquí hacer un repaso de todos los dichos de Jesús, los
cuales ascenderían a algún millar, sino sólo de aquéllos que han pasado al
lenguaje cotidiano invadiendo incluso esferas que van más allá de aquéllas
para las que fueron concebidos, cuyo contexto conocemos tan bien gracias a los Evangelios.
He seleccionado hoy tres de esos dichos, aunque no excluyo nuevas
entregas en futuros artículos si a Vds. les gusta el tema, como tampoco excluyo
que al final se me escape alguno incluso más curioso o llamativo que los que yo
vaya seleccionando, por lo que acepto gustoso las propuestas que puedan
Vds. realizar.
Ahí van, pues, los primeros:
“Nadie es profeta en su tierra”.
Se utiliza para expresar que es muy difícil convencer a los más cercanos,
que es más fácil hallar eco entre los desconocidos que entre los más allegados.
La frase es, efectivamente, de Jesús. La recogen los tres
evangelistas sinópticos, si bien el que mejor lo hace es a nuestro entender Lucas.