Una opinión compartida por la periodista católica Heidi Schlumpf
del National Catholic
Reporter, que ha elaborado una lista con diez propuestas para
recuperar la auténtica Navidad a la hora de comprar: “Irónicamente, la Navidad se ha convertido en un
tiempo de comprar hasta la extenuación, lo cual es algo
lamentable, pero tampoco estoy sugiriendo que todos tengamos que renunciar a
hacer regalos o exclusivamente dedicarnos a hacer obras de caridad durante este
tiempo.
Lo que sí convendría es dejar el consumo desenfrenado y buscar maneras de que los regalos sean menos costosos y más significativos”, explica Schlumpf.
Y si aún así quieres "comprar" y regalar:....
Diez propuestas para que los regalos sean un reflejo de tus valores.
Lo que sí convendría es dejar el consumo desenfrenado y buscar maneras de que los regalos sean menos costosos y más significativos”, explica Schlumpf.
Y si aún así quieres "comprar" y regalar:....
Diez propuestas para que los regalos sean un reflejo de tus valores.
1.
Compra menos: un regalo por persona es más que suficiente.
2.
Compra en pequeñas empresas y en pequeño comercio local. Los precios pueden ser
un poco más altos, pero estarás ayudando al comerciante y a reavivar la
economía.
3.
Regala experiencias, no cosas. ¿Qué se le puede regalar a una persona que,
literalmente, ya tiene todo lo que quiere o todo lo que necesita?. No añadas
gadgets inútiles que acabarán en la basura: regala unas entradas para una buena
obra de teatro, unas clases de baile que sacarán de casa a una persona
deprimida, un taller de pintura o escritura a alguien demasiado absorbido por
su trabajo, un masaje relajante a una persona dedicada al cuidado de un
enfermo… ¡Y mejor aún si esa experiencia es compartida!.
4.
Regala algo hecho por ti. ¡No tiene precio!. Puedes siempre dar algo de ti mismo
en un regalo creativo, desde una canción grabada, un texto escrito a mano, un
vídeo de recuerdos de creación propia, productos de tu propia huerta, pañuelos
de seda pintados a mano, artesanía… Y si son los propios niños los que hacen
los regalos para sus familiares “porque a los mayores los Reyes nos traen menos
cosas”, ¡mejor que mejor!.
5.
Compra y regala artesanía. Si no tienes el don de la creatividad, regala el de
otros. La calle en estas fechas se llena de mercadillos de artesanía, donde se
pueden encontrar maravillosos regalos a buen precio a la vez que apoyas a los
pequeños comerciantes y artesanos. También puedes comprar a aquellos que
trabajan desde casa y tienen sus pequeñas tiendas online.
6.
Compra libros y suscripciones. ¿Por qué no apoyar a una pequeña editorial
emergente, comprar ese e-book de cocina de tu amigo que quizá nunca llegue a
una librería, editar por sorpresa esa novela que tu padre guarda en el cajón o
mostrar tu apoyo a medios de comunicación católicos a través de suscripciones a
revistas? ¡Algunas incluso son gratuitas!
7.
Compra productos seminuevos. Si crees que el mundo no necesita más plástico,
considera la compra de juguetes de segunda mano, ¡hay miles de ofertas online
de productos en perfecto estado y muy buen precio!.
8. Dona
dinero o colabora con entidades católicas y ONG’s. Hay muchas organizaciones
sin fines de lucro con catálogos para recaudar fondos para obras sociales
mediante la venta de productos propios o productos de comercio justo.
9.
Regala imágenes propias. Una tarjeta navideña con la foto de tu familia puede
acabar en la basura, pero si esa foto la regalas debidamente enmarcada, o
añades varias en forma de libro o calendario, puede ser un fabuloso regalo para
verlo durante todo el año.
10.
Regala tiempo: el tuyo. Un regalo no tiene que ser necesariamente algo que se
puede envolver y poner bajo el árbol. En su lugar, crear vales de regalo con
ayudas en forma de tiempo dedicado a los tuyos (vale por una mañana en el zoo, una
tarde de plancha, un fin de semana de voluntariado, de ayuda para pintar el
piso, de llevar a los abuelos a un concierto, de quedarme con los niños…)
¡pueden ser el regalo más valioso!.
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