Quien recibe este Sacramento – afirmó el Santo
Padre – “manifiesta su deseo de ser cristiano. Ser cristiano significa dar
testimonio de Jesucristo”, es una persona que “piensa como cristiano, siente
como cristiano y actúa como cristiano. Y ésta es la coherencia de vida de un
cristiano”.
Alguien
– observó – puede decir que tiene fe, “pero si carece de una de estas cosas, no
existe en él lo cristiano”, “es algo que no funciona, hay una cierta
incoherencia”. Y los cristianos “que viven en la incoherencia, hacen mucho
daño”:
“Hemos
escuchado lo que el apóstol Santiago dice a algunos incoherentes, que presumían
de ser cristianos, pero explotaban a sus empleados, y les dijo: ‘Sepan que el
salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el
clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo’. El
Señor es fuerte. Si alguno escucha esto, puede pensar: ‘¡Eso lo ha dicho un
comunista!’. ¡No, no, lo ha dicho el apóstol Santiago! Es la Palabra del Señor.
Él habla de la incoherencia. Y cuando la coherencia cristiana no existe y se vive con
esta incoherencia, se produce escándalo. Y los cristianos que no son coherentes
hacen mucho escándalo”.
“Jesús
– prosiguió el Pontífice – habla con mucha fuerza contra el escándalo: ‘Si
alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería
preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran
al mar’. Un cristiano incoherente hace tanto daño” y “el escándalo mata”.
“Muchas
veces – agregó el Obispo de Roma - hemos escuchado: ‘Pero padre, yo creo en
Dios, pero no en la Iglesia, porque ustedes cristianos dicen una cosa y hacen
otra’”. O también: “Yo creo en Dios, pero no en ti”. “Esa es la incoherencia”:
“Si te
encuentras ante – ¡imaginemos! – ante un ateo y éste te dice que no cree en
Dios, tú puedes leerle una biblioteca entera, donde está escrito que Dios
existe y también puedes probar que Dios existe, y el ateo no tendrá fe. Pero si
delante de este ateo das testimonio de coherencia de vida cristiana, algo
comenzará a moverse en su corazón. Será precisamente tu testimonio lo que lo
llevará a esa inquietud sobre la que el Espíritu Santo obra. Es una gracia que
todos nosotros, toda la Iglesia debe pedir: ‘Señor, que seamos coherentes’”.
Entonces,
concluyó Francisco, es necesario rezar, “porque para vivir en la coherencia
cristiana es necesaria la oración, porque la coherencia cristiana es un don de
Dios y debemos pedirla”: “¡Señor, que yo sea coherente!. ¡Señor, que yo jamás
escandalice, que yo sea una persona que piensa como cristiano, que sienta como
cristiano, que actúe como cristiano!”. Y que cuando caigamos por nuestra
debilidad, que pidamos perdón:
“Todos
somos pecadores, todos, pero todos tenemos la capacidad de pedir perdón. ¡Y Él
jamás se cansa de perdonar!. Tener la humildad de pedir perdón: ‘Señor, no he
sido coherente. ¡Perdón!’. Ir adelante en la vida con coherencia cristiana, con
el testimonio de aquél que cree en Jesucristo, que sabe que es pecador, pero
que tiene el coraje de pedir perdón cuando se equivoca y que tiene tanto miedo
de escandalizar. Que el Señor de esta gracia a todos nosotros”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario