—¡Mira, Maestro, cómo estamos. Ni uno de la familia tiene trabajo!.
—Ayúdame, Jesús. Estoy sin papeles —le gritó un joven negro.—¡Te necesito! -exclamó una mujer de la calle.
Los discípulos tenían que apartar a la gente y abrirle camino hasta un parque cercano, donde mandó a todos sentarse en el suelo. Y les habló de esta manera:
“Venid
a mi todos los que estáis angustiados y sobrecargados con la crisis,
soledad y falta de sentido en la vida, porque yo os aliviaré, que soy
manso y humilde de corazón. No temáis, porque en mi reino los últimos
son los primeros y los primeros últimos. No hagáis como los políticos
que os engañan como encantadores de serpientes, mienten para ganar las
elecciones, os prometen quitaros los impuestos, y en cuanto están en el
poder recortan vuestro sueldo y os cargan con pesos insoportables. Ya da
igual que sean de izquierdas o de derechas.
"Cuidado con esos que dicen defender a los trabajadores pero sólo lo hacen cuando no gobierna el partido político que es de su cuerda; niegan la igualdad de derechos entre nacionales e inmigrantes, sólo por el hecho de que estén aquí sin papeles.
"Cuidado con esos que dicen defender a los trabajadores pero sólo lo hacen cuando no gobierna el partido político que es de su cuerda; niegan la igualdad de derechos entre nacionales e inmigrantes, sólo por el hecho de que estén aquí sin papeles.
“Tampoco
os fieis de tantos predicadores que dicen hablar en mi nombre y no
cumplen lo que proclaman o convierten sus iglesias en guetos exclusivos,
reducen la religión a un montón de normas, y se olvidan del corazón del
hombre, mi verdadero templo.
No
hagáis como los banqueros que especulan con el dinero de los pobres y,
después de haberles cobrado por un piso durante toda la vida , cuando
vienen las vacas flacas y les es imposible seguir pagando, se quedan con
lo cobrado y con el piso. Ni como los corruptos de la Administración
que, después de elegidos para servir al pueblo, se apropian del dinero
público en propio beneficio.
Vosotros
no pongáis vuestro corazón en el dinero, ni en la cuenta corriente, ni
en los bonos del Estado o vuestro plan de pensiones, sino en ese tesoro
escondido y la piedra preciosa que nadie os puede arrancar ni robar.
Amad a vuestros enemigos y luchad por la paz y la justicia en el mundo.
Ser auténticos hoy día supone llevar una gran cruz. Pero no os
preocupéis, que yo la he vivido primero y camino codo con codo a vuestro
lado.
Luchad
por la conservación de este planeta que mi Padre sembró de ríos, mares,
montañas, flores, frutos y animales, y ahora lo estáis convirtiendo en
un lodazal.
Repartíos
y multiplicad equitativamente los bienes de esta Tierra como yo hice
con los panes y los peces. Cambiad vuestro concepto de “realización” o
“felicidad”, que está no el poder, la fama y el éxito, sino en el
despertar por dentro, en el“ser” y no en el poseer.
No
aplastéis a las mujeres ni explotéis a los niños, pues yo me rodeé de
ellos. Amaos los unos a los otros y buscad el reino de Dios y su
justicia, que lo demás se os dará por añadidura”.
Así
dijo. La gente empezó a aplaudir y cantar. Pero de pronto se
presentaron los antidisturbios alegando que aquella manifestación era
ilegal, y porque alguien había soplado que era una concentración de
indignados, antisistemas o inmigrantes sin papeles.
Cuando iban a detenerle, Jesús se escabulló entre la multitud.Alguien comentó:
—Habla como quien tiene autoridad.
Pedro Miguel Lamet
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