viernes, 23 de enero de 2015

El misterio de Sodoma y Gomorra

"Entonces Yahvé hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Yahvé. Y arrasó aquellas ciudades y todo a la redonda, con todos los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo".      (Génesis 19,24-25).

Etimología.

El nombre de Sodoma se encuentra relacionado con la raíz árabe ‘sadama’, cuyo significado es ‘tristeza’, ‘angustia’, ‘arrepentimiento’, ‘agotamiento’, y su gentilicio es ‘sodomita’.
Se la describe como una de las ciudades que formaron parte de la Pentápolis bíblica, y estaba situada a orillas del Mar Muerto, la cual fue destruida junto a Gomorra, de acuerdo al Antiguo Testamento de la Biblia.
Gomorra es conocida en hebreo moderno como ‘Amora’ y en griego antiguo ‘Gómorrha’, y su significado etimológico es ‘agua profunda, copiosa, abundante’, y estaba situada también junto al Mar Muerto.

Localización geográfica.

Sodoma y Gomorra estaban situadas la una muy cerca de la otra en una llanura. Muy cerca de las dos ciudades se encontraba el Valle de Sidim, en el cual abundaban los pozos de asfalto, todo ello cercano al Mar Muerto o Mar Salado. También muy cerca de dichas ciudades se encontraban las de Admá, Soar y Zeboim.

La historia bíblica.

El rey de Sodoma era Bera y el de Gomorra era Birsha (Génesis 14,2-3). En aquellos tiempos tanto Sodoma como Gomorra estaban en guerra con los reinos de Elam, Sinar, Elazar y Goim, siendo este último el reino vencedor.
Lot y sus gente fueron hechos prisioneros por el reino de Goim en Sodoma, donde Lot y su familia residían, y fueron trasladados a Dan, de donde fueron rescatados por Abraham, el tío de Lot, junto con sus bienes y su gente (Génesis 14,15-16). Lot regresó a Sodoma, pero por aquel tiempo Sodoma ya tenía fama de ciudad de gente perversa.
Según el relato del capítulo 18 del libro del Génesis, Dios reveló a Abraham que destruiría Sodoma y Gomorra por medio de fuego y azufre, porque su pecado era muy grave e irreversible, y sólo Lot y su familia podrían ser salvados (Génesis 18,20-21). Abraham intercedió por los justos de la ciudad de Sodoma y Dios le repuso que no la destruiría si, al menos, encontraba cincuenta justos allí. Dios permitió a Abraham interceder hasta que se convenciera de que allí no había ni diez justos.
Según continúa el capítulo 19 del Génesis (19,1-38), dos ángeles de Dios entraron en Sodoma para rescatar a Lot. Los ángeles eran de hermosa apariencia y llamaron la atención de los hombres de aquella ciudad. Al verlos, Lot les invitó e insistió en que pasaran la noche en su casa, pero antes de que se acostaran, los hombres de Sodoma cercaron la casa de Lot y le exigieron que les entregara a sus invitados con el propósito de abusar de ellos. Pero Lot se negó a hacerlo y, en cambio, les ofreció a sus dos hijas vírgenes para que se saciaran con ellas. La  turba no aceptó la propuesta e intentaron romper la puerta de la casa de Lot, pero los dos invitados cegaron a los asaltantes (Génesis 19,6-9).
Después los ángeles dijeron a Lot que sacara de la ciudad a su familia. Lot avisó a sus yernos, pero éstos creyeron que bromeaba, así que Lot marchó solo con su esposa y sus hijas. Los ángeles, antes de retirarse, instruyeron a Lot de que pasara lo que pasara no se volviesen a mirar hacia atrás, puesto que quien lo hiciera se convertiría en estatua de sal. Lot huyó con su familia a una pequeña ciudad llamada Soar, que significa ‘pequeñez’ o ‘una nada’, al sudoeste del Mar Muerto. En pleno camino Dios provocó la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19,14-24). De camino hacia Soar fue cuando la esposa de Lot se dio la vuelta para mirar atrás y quedó convertida en estatua de sal (Génesis 19,26).
En Deuteronomio 29,23 se señala que conjuntamente con Sodoma y Gomorra también quedaron destruidas las ciudades de Admá y Zeboim. Lot iba a refugiarse en Soar, pero ante el temor por la suerte de esa ciudad de Soar, prefirió refugiarse en una cueva con toda su descendencia (Génesis 19,30).

La razón de la destrucción.

Algunos deducende la lectuar de este texto que el relato denuncia las prácticas homosexuales, pero aunque fuera cierto no se puede concluir categóricamente que Dios haya destruido esas ciudades sólo por esa razón, ya que las palabras hebreas de aquella época no tienen una correspondencia exacta con los significados y el prisma cultural con el cual hoy las entendemos. Pero también dice que tanto los habitantes de Sodoma y Gomorra, así como las ciudades vecinas ‘fornicaron y se fueron tras una carne diferente’ (Judas 1,7), y que los de aquellas ciudades llevaban ‘una conducta licenciosa de hombres disolutos’ (2ª. Pedro 2,7).

Verdadero motivo bíblico.

En Ezequiel 16,49-50 se indica claramente el motivo de la cólera divina cuando dice: "Este fue el crimen de tu hermana Sodoma: orgullo, voracidad, indolencia de la dulce vida tuvieron ella y sus hijas; no socorrieron al pobre y al indigente, se enorgullecieron y cometieron abominaciones ante mí: por eso las hice desaparecer, como tú has visto". Aparte de sus propios crímenes y sus violaciones a la ley del amor, Ezequiel apunta claramente a la abominación de la Ley de Dios, que claramente prohíbe la perversión sexual pero sobre todo hace referencia al orgullo y a la soberbia, al egoísmo, al olvido de la justicia a favor del pobre.

La destrucción según la arqueología.

En 1989 el arqueólogo Ron Wyatt dijo haber hallado los vestigios de dos ciudades convertidas en cenizas en la margen occidental del Mar Muerto, una de ellas al pie de Masada y la otra al pie del monte Sodoma. Según su testimonio, Wyatt encontró en esas ruinas cimientos de edificios y otras estructuras, así como restos de cerámica, todo ello enterrado por la ceniza.
Según su propia investigación, estas ciudades fueron destruidas hace aproximadamente 3,900 años por un catastrófico incendio, cuyas causas pudo deberse a la concurrencia de fuertes terremotos, posibles corrimientos de tierra hacia el Mar Muerto y la liberación explosiva del material inflamable del subsuelo que, en contacto con el fuego de los hogares, incendiaría las viviendas. La persistencia de las cenizas frente a la erosión ambiental durante miles de años se explicaría por el hecho de que los objetos quemados con sulfuro dejan un residuo de ceniza más pesado que el material original.
Algunos arqueólogos, y según la ‘Teoría de la licuefacción’, es posible que un gran terremoto destruyera esas ciudades y provocara un descenso de nivel de las tierras ocupadas por ellos, quedando las ruinas inundadas por las aguas del Mar Muerto.
Los geólogos canadienses Graham Harris y Anthony Berardow descubrieron que la península de Lisán, hacia la parte oriental de dicho mar, fue el epicentro de un gran terremoto con escala mayor a seis grados en la escala de Richter, ocurrido hace aproximadamente 4,000 años, tiempo que concuerda con el de la destrucción de Sodoma, Gomorra, Admá y Zeboim. Según estos geólogos, el terremoto provocó efectos de licuefacción en el terreno, lo cual significa que el terreno se licúa debido a que hay un material poroso que se llena de agua, y estos suelos, una vez saturados, se comportan como un fluido bajo la acción de las ondas sísmicas, provocando con ello el engullimiento de las construcciones.

La teoría de la NASA.

En el libro del Génesis, la Biblia dice que Dios destruyó Sodoma y Gomorra al hacer llover fuego y azufre sobre ambas ciudades, pero recientemente la NASA ha formulado la pregunta de que si el azufre y el fuego que cayó del cielo, así como la historia de la mujer de Lot que se convirtió en estatua de sal, tienen alguna base científica. Varios astrónomos creen que la destrucción de Sodoma y Gomorra está relacionada con la actividad de un cometa.
El Dr. John S. Lewis, profesor emérito de Ciencias Planetarias de la Universidad de Arizona, Usa, y co-director del Centro Espacial de la NASA de Investigación de Ingeniería, es un científico que cree que la destrucción de Sodoma y Gomorra fue causada por un bombardeo cósmico, según relata en su libro ‘Rain of Fire and Ice: The Very Real Threat of Comet and Asteroid Bombardment’, que en idioma castellano significa ‘Lluvia de fuego y hielo: la verdadera amenaza de bombardeo por un cometa o un asteroide’.
Dice el Dr. Lewis en su libro que la lluvia de fuego desde el cielo podría ser una descripción de la ruptura y desintegración de un cometa en la atmósfera de la Tierra encima de esas antiguas ciudades, ya que grandes trozos de material rocoso y de hielo caerían desde el cielo, lo cual podría ser visto como ‘lluvia de fuego’. Además, el material de un cometa es rico en azufre. Incluso la caída de meteoritos pequeños puede producir un intense olor a azufre, tan fuerte que puede ahogar a una persona.
Sigue diciendo el Dr. Lewis que pocos comentaristas bíblicos han comprendido el verdadero significado de lo que se descubre en esta frase sobre el fuego y el azufre que cae del cielo. Para aquéllos que están familiarizados con la astronomía y la literatura antigua, la expresión ‘fuego cayendo del cielo’ no es una expresión críptica ni un recurso literario que necesite algún tipo de explicación fantasiosa, sino que es una frase descriptiva simple. El ‘fuego del cielo’ es una descripción exacta de material cósmico, ya sea un meteorito, asteroide o cometa, que se quema en la atmósfera y que viene a golpear la Tierra.
Otras indicaciones de que un bombardeo de cometas se llevó a cabo durante la destrucción de Sodoma y Gomorra viene de Génesis 19,28, donde dice: Dirigió la vista hacia Sodoma y Gomorra y de toda la región a la redonda y, al fijarse, vio que subía de la tierra una humareda como la de una fogata. La humareda de una fogata, de acuerdo al propio Dr. Lewis, se refiere a la nube que sale ardiendo y que apareció después del impacto de un cometa explosivo.
Un terremoto que abre una posible fisura no produciría una nube altísima y ardiente, ni crearía los módulos de azufre encerrados en las cenizas que se encuentran en aquella área. El impacto incluso de un pequeño fragmento cometario sobre Sodoma y Gomorra podría liberar la energía equivalente a la explosión de bombas de hidrógeno, y levantar una nube de hongo como el de las explosiones nucleares, según el Dr. Lewis.
Respecto a lo que le ocurrió a la mujer de Lot, que se convirtió en estatua de sal, hay que hacer notar que la palabra hebrea traducida como ‘sal’, es el término ‘malach’, que significa ‘polvo’, lo cual quiere decir que la esposa de Lot al mirar hacia atrás quedó como pulverizada como la sal o polvo; es decir, ella se convirtió en una columna de polvo.
Ahora este hecho adquiere un nuevo significado ya que los impactos de cometas aumentan y producen grandes cantidades de polvo. Si el impacto del cometa se produce en la atmósfera, el cometa se deshace pero el impacto produce vientos feroces que contienen los granos de polvo sobrecalentados, los cuales se disparan desde el lugar del impacto como el aumento de la base. Cualquiera que se vea sorprendido en este aumento en la distancia justa, posiblemente podría quedar asfixiado y cubierto por el polvo caliente, y convertido en un pilar de polvo después de que éste se enfríe y endurezca.

Conclusión.

Es necesario hacer constar que la exposición y las conclusiones contenidas en el apartado de arqueología y el de las teorías de la NASA han sido obtenidos de la fuente original, o sea, de los escritos mencionados en las referencias detalladas al pie de este trabajo.
Definitivamente cada persona puede tener su propia teoría acerca del tema de la destrucción de Sodoma y Gomorra, pero dicha destrucción responde más a causas naturales que a otras y, por supuesto, en modo alguno hay que atribuírsela a Dios.

¿Por qué entonces la biblia afirma que sí fue por obra de Dios?.

Para contestar a esta pregunta necesitamos conocer la mentalidad semítica de quien escribió este texto y también de los niveles culturales de la época.
Los escritores bíblicos pueden estar inspirados por Dios y transmiten con sus escritos el mensaje que Dios quiere comunicar a la humanidad para su Salvación, pero para ello emplean los conocimientos que en la época existen, las formas literarias, concepciones del mundo y de la sociedad que imperan en el momento. No podemos por lo tanto juzgar sus expresiones desde los conocimientos que hoy tenemos ni desde la concepción del ser humano, la sociedad y todo el entorno que hoy percibimos de la manera en que lo entendemos.
Por otra parte, está esa mentalidad semítica que tiende a darle a toda experiencia humana un significado religioso. Cuando el pueblo hebreo experimenta el gozo, la felicidad, durante un tiempo... interpreta esto como un "premio" de Dios; cuando experimenta el dolor, la tristeza,... considera que es por "castigo" de Dios.
La destrucción de Sodomoa y Gomorra, por lo tanto, no hay que interpretarla en clave de hecho histórico tal como lo narra la Biblia sino en clave de interpretación de esa destrucción. El biblista únicamente quiere destacar que "hemos de apartarnos de todo aquello que nos aleja del Plan de Dios y apegarnos lo más posible a su voluntad". Utiliza el recurso de esa destruccion de Sodoma y Gomorra pues como instrumento "pedagógico" que mueva de alguna manera a reflexionar sobre las propias conductas.

REFERENCIAS:

- Biblia de Jerusalén: Edición 1999
- B. McDonald: ‘East of the Jordan: Territories and sites of the Hebrew Scriptures’ (Este del Jordán: Territorios y lugares de las Escrituras hebreas).
- Dr. John S, Lewis: ‘Rain of Fire and Ice: The very real Threat of Comet and Asteroid Borbardment” (Lluvia de fuego y hielo: La verdadera amenaza del bombardeo de un cometa o un asteroide).

2 comentarios:

  1. Si los relatos biblicos no son verdaderos,como explicas que ha pesar de tanto tiempo la Santa Biblia no haya pasado de moda?
    En su Carrera por cometer sus pecados y no ser juzgado por nadie,el ser humano se esfuerza por desmentir la palabra de Dios.
    La arquelogia se encarga de probar que DIOS no es mentiroso.
    Aun las culturas mas antiguas hablan por ejemplo de un dilubio en tiempos remotos.

    ResponderEliminar
  2. En ningún momento se afirma que los relatos bíblicos no sean verdaderos. La destrucción de Sodoma y Gomorra son hechos históricos innegables y la misma ciencia lo corrobora. Pero de eso a decir que "fue Dios quien destruyó ambas ciudades".... hay un abismo insalvable.
    Creo que la clave está en saber ver en estos relatos la "interpretación" del biblista sobre aquellos hechos: pone la atención sobre unos hechos pero lo hace interpretando lo sucedido con una intención pedagógica; es decir, constata una realidad pero le da un significado religioso con la intención de motivar a un cambio de actitudes.

    ResponderEliminar