de hincar nuestras rodillas,
de clavar el aguijón del arado
y abrir surcos de vida a nuestro paso.
Es la hora
de romper la noche de los miedos,
que atenazan nuestros actos,
y abrir horizontes de esperanza con el
alba.
Es la hora
de aparcar lo viejo, lo caduco,
y despojarnos del engaño
en que hemos vivido acomodados.
Es la hora
de quebrar la falsedad
de matar al "dios
prefabricado" a nuestro antojo,
y abrir grietas de Luz
que permitan
a Dios ser Dios en nuestra vida.
José Luis Suárez Sánchez
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