jueves, 4 de abril de 2013

¿Dónde ponemos el corazón?




(Jesús Bastante).- Un profesor de Religión da su primera clase a alumnos de Secundaria. En la pizarra, la palabra "futuro" tachada, junto a "recortes" o "libertad". Lucas (Javier, en la vida real), se dirige a los chicos con una manzana en la mano. "Depende de vosotros estar siempre colgados de un árbol, o lanzaros y ser útiles para vuestra sociedad. Lo que determina el futuro de un país no son las personas, sino dónde ponen el corazón esas personas". Así arranca la campaña "Un asignatura apasionante", que busca fomentar la participación de alumnos en la clase de Religión.
El vídeo de la Conferencia Episcopal dura cuatro minutos, y en el mismo se pone hincapié en que la clase de Religión es "necesaria para la formación completa de los alumnos", según explicó el jefe de prensa de la CEE, Isidro Catela. "Nos da claves para entender la crisis, la música, el arte...". A diferencia de otros años, en ningún momento se apela a la doctrina o el currículo católico.
La primera reacción es la apatía.
Javier es profesor de Religión y Filosofía en la vida real. "La primera reacción de los alumnos es la apatía. Al principio, vienen con prejuicios, creen que sólo vamos a rezar el Rosario y cosas de esas. Después, están deseando hablar del amor, de la muerte, del sufrimiento... de cosas que no pueden debatir en otras asignatura. Suelen ser clases muy apasionantes".
Catela destacó que dos de cada tres alumnos -en Secundaria,  en Primaria son cuatro de cada cinco- continúan eligiendo cada año la asignatura de Religión, y reclamó que "esta asignatura apasionante pueda darse en condiciones de libertad". Preguntado por este particular, matizó que "la asignatura puede ser elegida en libertad y no se impone a nadie. Es un derecho que asiste a los padres y de los alumnos a elegir esta asignatura, a pesar de las dificultades que tienen los profesores".


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